No pudo resistir
el interrogatorio.
La fria sapiencia
del interrogador
y la debilidad
del interrogado,
hicieron fácil la tarea.
La picana y las tenazas
habían trabajado
con profesionalidad
casi perfecta.
En el lóbrego calabozo
estaba terminando
de escribirse una historia,
una más de esos seres
desgraciados que
caminaron por esta
América nuestra,
en aquellos siniestros
años.
7 comments:
Fer, realmente me trajo a la memoria tiempos que nadie querría volver a vivir.
Pero lamentablemente nuestra América sigue siendo interrogada, picaneada y encarcelada, aunque de un modo diverso.
Quiera Dios que algún día se libere de ese oprobio1
Un abrazo.
Me quedo con el último párrafo de nuestra señora del caos. Porque el poema duele y mucho, don Fernando
Venas llorosas y abatidas porque no pudieron arrancar del dolor que las vino a violar
Me gusta mucho tu poesía narrativa Fernando, sin estridencias ni fuegos artificiales.
Saludos,
Tino RO
Escalofríos. Se me destemplan los dientes y el alma.
No es sólo poesía, no. es un homenaje a la memoria. Para no olvidar. Para sanar.
Un abrazo!
Dices tanto con tan poco...
Lindo homenaje...
Fernando, qué dolor al leerte. Y qué necesario el dolor así. Para no olvidar nunca. Gracias.
Odio a Benedetti. Bueno, no lo odio. No tuviera tanta suerte, jeje. Pero he recordado a "Pedro y el capitán". Un excelente drama. Benedetti existe en mi bibliotequita sólo por "Pedro y el capitán". Textos tan bellos como ése y como este poema dejan llagan clavadísima donde más duele. Como esa mordida de pantera en lo más mío, como diría el buen Silvio Rodríguez. Un abrazo, don.
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