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Sunday, November 26, 2006

Camalote

Al otro lado del río
junto a las piedras de la orilla,
crecía una flor de camalote
que la riada dejola al pasar.

Una tarde de verano,
cruzando a nado,
me acerqué para mirarla ,
pero un remolino
me impidió avanzar.

Hice varios intentos,
pero conociendo al río,
desistí ya que
esos embudos traicioneros
arrastran sin piedad al menor
descuido.

Entonces, pensé que,
por alguna razón poderosa
la flor estaba protegida,
así como nosotros cuidamos
nuestros propios capullos que
nacen desde el corazón.

Sunday, November 19, 2006

Al pasar

Cuántas veces traté
de armar el rompecabeza
de mi vida y otras tantas
me faltaron las piezas
necesarias para lograrlo.

Es muy probable,
que en el intento de alcanzar
la perfección,
perdí muchas de ellas
al escalar el monte
por la pared más empinada.

Sunday, November 12, 2006

Historias comunes (III)

Aquella tarde
cuando el invierno de Praga
golpeaba con toda
su distinguida blancura,
nos citamos a tomar un café
en el Barrio Judío.

Habían pasado diez años
desde nuestro último
y único encuentro, cuando
coincidimos en la Bertramka
para escuchar el concierto
de un cuarteto de cuerdas.

En un momento del adagio
que remontaba suavemente
la cuesta del cantabile, ella,
que estaba sentada a mi derecha,
me preguntó, de improviso,
si me gustaba Mozart.
La miré con extrañeza, ciertamente,
y un par de ojos negros me
adormecieron como un remanso
de agua tibia.

Fue un amor pasajero,
como los cuentos de hadas,
llenos de luces y sombras.
Le regalé una copa
de cristal de Bohemia y ella,
una corbata italiana.
Intercambiamos direcciones
y cada uno partió en su
caminar por el mundo.

En Abril del año pasado
recibí una carta suya, timbrada
en Viena.
Era breve y concisa.
Para que tuviera la certeza de
su indentidad, venía compañada
de una foto que nos habíamos
tomado en el Puente de Carlos.
Hicimos dos copias y yo,
había extraviado la mía.
Si, efectivamente, era ella
y me avisaba que pasaría las
Navidades en Praga.
Podía ubicarla en un viejo hotel
de la Retezova ulice.

No existe una explicación
verdadera y fehaciente
sobre determinadas decisiones.
Si me preguntan hoy
las razones de mi sentir,
no sabría la respuesta.
Simplemente, el 23 de diciembre,
tomé el vuelo nocturno que me
dejó en Ruzyne 15 horas después.

Esta historia no tiene
un final que podría
merecer un lector interesado
en desentrañar el alma humana.

Volví a mi casa el 31 a la mañana,
con otra corbata italiana,
una dirección de e-mail
y un cierto dolor en el pecho.

Sunday, November 05, 2006

Reflexiones (II)

Debemos entender
que no todo es igual.

Pero, es tan difícil.

Los años van descendiendo
en la escalera del tiempo, casi
sin darnos cuenta.

Allí donde estaba una flor
hoy languidece un árbol seco.
Allí donde germinaba la semilla
con rapidéz y color,
encontramos un campo yermo
y curtido por la sequía.

Hasta el amor va cambiando
porque si ayer deshojábamos
margaritas, hoy las preferimos
frescas y enteras.

Hasta el sonar de las castañuelas,
en noches de fiesta, se ha convertido
en un allegro vivace
que, en ciertos paréntesis,
puede alcanzar a un
andante cantabile.