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Sunday, December 30, 2007

Cadencia

Hacer el amor contigo
tiene la candencia
de un rosal
florecido.

Sunday, December 23, 2007

Verano del 82

Aquel verano del 82
en Buenos Aires,
fue un enero
largo y triste.

No sólo sudor,
también lágrimas
mojaron la camisa
de hilo blanco.

Casi de noche,
en Acoyte y Rivadavia,
me explicaste con esa lógica
tan tuya que lo nuestro,
fue nada más
que el conjuro
de un imposible.

Es cierto.
Te había amado,
mal amado,
confundido en un tropel
de culpas que terminó
haciendo añicos,
el cristal más hermoso.

Guardadas en algún
bolsillo olvidado,
andan esas
astillas vidriadas,
para hacerme acordar,
cada tanto,
de tu pasar por mi vida.

Sunday, December 16, 2007

Sensaciones

Era casi de madrugada
cuando me asomé
al balcón
para escuchar el murmullo
que tiene el amanecer
en el esplendor
de la primavera.

Las cortinas
se movían al compás
de la brisa,
rozándome el rostro
como una caricia
mañanera.

Apenas despuntó el alba,
entre los cerros del oriente,
intenté retomar el sueño
pero la intensidad del momento
me hizo vislumbrar
una sensación de libertad
que la tenía muy olvidada.

Sunday, December 09, 2007

La rosa

Tú ya no me quieres
- me dijo -
mientras apretaba
en el puño izquierdo
esa rosa blanca
recién cortada en el
jardín de invierno.
Tú ya no me quieres
- musitó nuevamente -
y una fina gota de sangre
filtróse entre sus guantes
para caer, mansamente,
a la vera del sendero.

Sunday, December 02, 2007

A pesar de todo

A pesar de todo,
y a pesar del tiempo,
sigo escondiendo
en las vertientes
de mis noches
en silencio,
el perfume inconfundible
de tu cuerpo,
grácil como junco
en primavera.

Sunday, November 25, 2007

A primera vista

Fue un amor
a primera vista.
No necesitaron
de muchos artilugios
para encender la hoguera.

Caminaron por la costanera
tomados de la mano
y en la punta del muelle,
donde el agua golpea los
viejos pilotes de madera,
surgió el primer beso
como rayo de tormenta.

Las última estrellas
de esa madrugada,
fueron apagándose
cuando el reloj tocó
la hora de los
maitines.

El río volviose
color de plata
y el mundo semejó
ser tan simple
como esa pequeña historia
que florecía,
una mañana de enero,
con la caricia del sol.

Sunday, November 18, 2007

El destierro

Conocí el camino
del destierro cuando,
bajo las arcadas de tus ojos,
dos luceros errantes
me negaron el permiso
para mirarte de frente.

Guardé el dolor
en las alforjas del alma
y me abrí paso en las
arenas del desierto.

Sunday, November 11, 2007

Esa sonrisa

Cerca, muy cerca
de tu rostro
(marfil y terciopelo)
encontré esa sonrisa
que hoy, todavía,
me deslumbra el
alma.

Sunday, November 04, 2007

El favor

-Debo pedirte un favor-
me dijo
con voz queda.

- No dejes de amarme
aunque los pájaros abandonen
sus nidos, y yo, desgarrada
deba partir
en la barca del destino.

Sunday, October 28, 2007

La rutina

En el cepo amargo
de sus pensamientos
le rondó la idea
de huir hacia el infinito
placer de lo desconocido.

Pero, apostado en el otero
de las dudas existenciales,
corrió la cortina,
anudose la corbata,
ensayó una sonrisa
de plástico y,
con paso largo,
ingresó a la rutina
de todos los días.

Sunday, October 21, 2007

El zaguán

En los umbrales
del zaguán,
fresco y perfumado,
nos besamos
por vez primera.
El rumor
de un arroyuelo
nos envolvió,
quédamente,
casi sin darnos
cuenta.

Sunday, October 14, 2007

El duelo

Cuando los aceros
se cruzaron,
al compás de jadeos y
sudores,
una corriente de muerte
se apoderó del ambiente
saturado a fritangas.

Sábado a la tarde,
naipes marcados,
una alusión a
cierta dama con
marca en el orillo,
gatilló el entredicho
entre el capatáz y el
encargado de la usina.

Ninguno de los presentes
quiso anticipar el resultado
por temor a quedar
enganchados en alguna
venganza tardía.

Cuando el comisario
con dos efectivos,
portadores de carabinas
recortadas y gastadas
por el tiempo,
dijeron presente
carajeando para
imponer respeto,
los cuchillos quedaron
suspendidos en el aire.

Las ganas de achurar
al rival eran muchas,
pero el temor a la
autoridad era aún
mucho mayor.
Algunos, en el obraje,
habían conocido
el cepo implacable
y era aconsejable dejar
el convite
para mejor oportunidad.

Casa uno se fue
a un rincón,
mientras el
sargento primero,
gordo, desdentado
y cantingudo
tomó posición
en el centro de la escena,
con vos de milicia
bien entidada, gritó:
-¡Una caña doble!-
Y se mandó el taco
al garguero,
sin mirar a los
subordinados que no
les quedó más remedio
que pasarse la lengua
por los labios resecos.

Publicado el 23 de enero de 2006

Monday, October 08, 2007

Soñar

Nubes pálidas
sobre el mar profundo.
No llores entre las plantas
del alma.
Es un juego de caretas austadas
entre hormigas y silencios.
Es el llanto
de las manos presas
por esconder milagros.
No entiendo
este idioma universal
y mediocre,
que esparce las cenizas
de sus letras alargadas.
Es buscar la pasión
junto al fuego.
Es soñar solamente.


Del libro "CLARA"
Edit. Dunken - Enero 2006

PD Estoy de viaje hasta el viernes 12 y en los lugares por donde voy pasando la conexión a Internet no es muy buena. Por lo cual me resulta algo difícil visitar a todos. Abrazos.

Sunday, September 30, 2007

Las luces

Revestidas
estaban las paredes
de ámplias
cortinas de raso y seda.
El salón impresionaba
con su araña de cristal
colgada en techo
con frescos venecianos.
En un costado,
sobre la ventana
que daba al río,
un reclinatorio
igualmente adornado,
servía para que
la anciana dama
dijese sus oraciones
vespertinas,
en breviario con
tapas de nacar.
Amanecía aquella
mañana de primavera,
cuando llamaron de
urgencia al
cura de la parroquia.
Fue su último deseo
que encendieran
todas las luces
en el momento de
su partida,
porque habiendo
nacida ciega
confiaba que, al entrar
en las tinieblas,
los caireles brillantes
tallados en algún
lugar de Bohemia,
guiaran sus pasos
vacilantes.

Publicado el 1 de Diciembre de 2005

Sunday, September 23, 2007

Estampas

En la tarde noche
de aquel viernes fatídico
se cruzaron dos miradas
como lanzas afiladas.
Ninguno esgrimió argumentos
valederos.
Unos compases muy suaves
rasgaron el crepúsculo
con las notas de una guitarra.
El odio se hizo carne
en los cuerpos envarados.
Una estrella asomó
como santo y seña
de la noche niña,
y en los techos
enmohecidos
se posó una golondrina
viajera.


Del libro "CLARA"
Edit. Dunken - Enero 2006

Sunday, September 16, 2007

Rapsodia

Aquel verano
fue como una rapsodia
paseando por las calles
de Budapest.
Nos amamos
como pudimos
entre las esquirlas
de nuestros viejos
resentimientos.
Vaya uno a saber
cómo se puede amar
y odiar al mismo tiempo,
sin espacios ni concesiones.
No tuvimos el valor
de romper los estigmas
marcados a fuego,
por los tabúes familiares.
Y cuando acabó el verano,
junto a las primeras hojas
desprendidas por el otoño,
nos encontramos sin fuerzas
para enfrentar al destino.
En la añosa estación
de ladrillos rojos,
la ví subir al tren
con su gastada maleta,
sin rumbo cierto.
Escondido en una
de las plataformas
quise ser el viento
para seguirla,
pero que me quedé sorbiendo
el llanto que me apretaba
la garganta.

Publicado el 3 de enero de 2006

Sunday, September 09, 2007

El juicio

Conforme a derecho
el fiscal solicitó la
pena de muerte.
La sala de audiencias
colmada hasta los techos,
guardó un silencio
que pesaba en el ambiente
como plomo en quintales.
El juez observó
al jurado
y el acusado, tambloroso,
casi patético,
apoyó la cabeza
en ambas manos.
Por su mente
afiebrada y confusa
se deslizó la visión
sombría de una
pasión torturante
y torturada,
que lo llevó a rastras,
en un río de sange,
aquel lejano domingo
de Ramos.

Publicado el 12 de enero de 2006

Sunday, September 02, 2007

Estampas VII

Tu caminar invisible
despertaba en mis ojos
una luminosidad
especial.
Te conocí en la
mitad de mi vida,
cuando volvía
con las heridas abiertas
por una sucesión de
fracasos.
Qué importante fue
tu piel quemando
mis pausas
entre claraboyas
y espejos azulados.
Como nada es eterno,
un día te fuiste
recostada en las penumbras
de la luna.

Publicado el 13.12.05

Sunday, August 26, 2007

Mala entraña

Fue de mala entraña
te dijeran
que yo ya no te amaba,
porque en el burdel
de la Marta,
me enamoré de tu hermana.

Sunday, August 19, 2007

Mañana de amor

Era una perfecta
mañana de amor.
Caía la nieve
y el grito ahogado
de la pasión,
encendía los vaivenes
de tu cuerpo.

Sunday, August 12, 2007

Tus ojos

Nadie entiende
el idioma de tus ojos,
salvo yo,
que camino por tus mejillas
en las noches
de plenilunio.

Sunday, August 05, 2007

Un sueño

Me desperté asustado
creyendo que habías
partido con aquella
alondra peregrina
que dormía
en tu balcón.

Sunday, July 29, 2007

El testamento

Al momento de imponerme
ser el portador de la carta
que mostraba, claramente,
para ser entregada en mano,
un escalofrío me recorrió
de piés a cabeza.

Cuando fuimos novios
en el colegio secundario
nadie me hubiera asegurado
que, treinta años después,
sería yo, el albacea
testamentario de su padre.

Sentados en semicírculo,
junto a mi despacho,
de izquierda a derecha
me miraban, inquisidoramente,
la viuda, el hijo mayor
(un solterón empedernido),
ella y su cónyuge,
el incompetente administrador
de los fundos familiares.

Cumplidas las normas de estilo,
inicié la lectura del testamento
dictado tres años antes.
Repartidas las propiedades,
acciones y fondos de inversión,
quedaba por ejecutar
el último mandato.

Cerca de los cincuenta
perseveraba en ella
esa inquietante belleza
que me tuvo,
como bola sin manija,
en aquellos tiempos
estudiantiles.

La piel tersa,
gracias a una que otra
cirugía,
despedía un suave aroma
a Dolce & Gabbanna.
Las manos anilladas,
apretadas con firmeza
descansaban sobre la
falda de tweed.

- Debo advertiles,
a cada uno de ustedes que,
además del legado, queda un
trámite pendiente - aclaré
con voz imperativa de
abogado en funciones.
Un temor sobrevoló en
las miradas con un leve toque
de sorpresa.

- Me han encomendado entregarle
este sobre en manos propias
cuyo contenido, debe ser de su único
y exclusivo conocimiento -
afirmé.
Lo tomó con un temblor apenas
discreto, a la par que un espejo
de sudor le iluminaba el labio
superior.

Al otro día,
mientras desayunaba en la
terraza del Alvear, leí
en la primera plana
de los diarios capitalinos,
que el marido de la susodicha
se había levantado la tapa de
los sesos, con un preciso disparo
de revólver.

Sunday, July 22, 2007

Las cuádrigas del destino.

Tengo el sabor inequívoco
de la amargura
que me traspasa el corazón
de punta a punta,
sin darme cuenta que es,
simplemente, el dolor
de la soledad.

Sentado en un rincón
de la ámplia sala,
custodiado por los candelabros
de plata y las alfombras persas,
aquellas heredadas de mi abuela,
quise repasar el diario de mi vida
y encontré la hojas absolutamente
en blanco.

En ese momento, cuando las
cuádrigas del destino
avanzaron sin perder aliento,
sentí el aviso claro y preciso
que la hilacha de mi historia
se había perdido para siempre
en la polvareda del desierto.

Acudí, desesperadamente,
a escarbar en el rescoldo de
las etapas recorridas, pero
solo encontré cenizas frias
que habitaban en los
pastos húmedos.

Como las alternativas
eran muy pocas,
terminé de acomodar
la escasa ropa en la pequeña
maleta, la cerré cuidadosamente
y ,conteniendo un llanto molesto
que nacìa a borbotones,
atravesé el jardín
rumbo al puerto.

Sunday, July 15, 2007

Proposición

En el último escalón
del pórtico,
con las manos
en los bolsillos de la falda
y recostada en una de las
columnas,
me observó incrédula
cuando le pregunté de sopetón,
si quería casarse conmigo.

- Atrevido - me contestó
sonrojada hasta las orejas -
por hacer semejante proposición
si, muy bien lo sabes,
me caso mañana y tú eres
uno de mis testigos -

- Justamento por eso - respondí -
No quisera jurar en vano.

Sunday, July 08, 2007

La esquela

Abrió el tintero
casi con miedo,
temeroso que la tinta
salpicara las ideas
que, cual difusas tremolinas,
habitaban en el maremágnum
de su conciencia.

Mojó la pluma
con mano vacilante
y empezó a redactar
la esquela en papel
de fino gramaje.

Los blancos cortinados
del ventanal florido
se mecían con
la brisa de la mañana.

Un rayo de sol
caía, displicente, sobre
el escribiente,
como musa inspiradora.

Firmó el escrito,
lo dobló cuidadosamente
depositándolo en sobre
de tonos marfilados.

Estampó el nombre
del destinatario
y lo guardó en el bolsillo
interior de la chaqueta.

Tomó el sombrero,
mirose, al pasar, en el
ámplio espejo de pared,
empuñó el bastón de palo santo
y se fue,
dejanto un hálito fantasmal
en el largo corredor de salida.

Sunday, July 01, 2007

La noche de San Juan

La noche de San Juan,
en medio del jolgorio
las copas y la parranda,
se nos ocurrió entrar
a ese boliche que,
además de los tragos,
ofrecían lecturas del Tarot,
borras de café
y las líneas de las manos.

Ella insistió que le adivinaran
el futuro,
pero no decidía con cual
de las pruebas arriesgarse.

Le sugerí que hacerlas todas
aseguraba un equilibrio perfecto,
entre lo real y lo imaginario.

Me miró largamente,
pensó un instante
y resolvió beberse un mojito
en lugar de preguntar
a los augures.
- ¿ Por qué ? - requerí,
curioso.

Sonrió con un dejo de ironía
y me respondió, riendo:
- Tengo miedo intentarlo
y que me mientan diciéndome
lo mucho que me amas.

Sunday, June 24, 2007

El cañaveral

Pasando el cañaveral
al costado del camino viejo
se encontraron,
una mañana de octubre,
el dueño del ingenio
montado a caballo
y el tractorista
que venía de a pié.

En uno de los escalones
de la historia pueblerina
arrancaba el encono
entre aquellos hombres
con fama de pendencieros.

Las lenguas viperinas,
amoladas todos los días
en las puertas del mercado
relataban que Salvador
- el patrón -
saltando el cerco
en el rancho de José,
- el del tractor -
y sin pedir permiso,
había desflorado
a las hermana de quince años.

La niña en cuestión
nunca denunció el episodio
y cuando el embarazo
se hizo notorio,
siguió tan impasible
como entonces.
El niño vivió unas horas
y el angelito fue sepultado
con los gastos pagos
por el sospechado, según decían.

A pesar del silencio
todo el mundo sabía que,
en algún momento,
las cuentas iban a quedar
saldadas.

Cuando el zaino regresó
sin el jinete
a las puertas del caserón
de blancos pilares,
alguien comentó que Salvador
cayose del caballo
cuando una cascabel
apareció de sorpresa.

Sunday, June 17, 2007

El linyera

El semblante abotagado por el alcohol,
la naríz rota en alguna disputa callejera
y la miseria concentrada
en toda su geografía,
asienta su humanidad
en mitad de vereda,
a escasos metros de mi trabajo.

En un carro de supermercado
guarda sus pertenencias
perfectamente ordenadas
como tesoro bien custodiado.

Se sienta en el vano
de una puerta ciega
sobre varias frazadas
descoloridas por el uso
y, en este crudo invierno
parece no sentir la humedad
que castiga el ambiente.

Colgada del cuello
una antigua radio portátil
y un libro apoyado en un costado,
delatan la chispa de esa hoguera
que dejó encendida
en algún ignoto recodo.

No pide limosnas y,
cuando paso apurando el paso
todas las mañanas,
me observa con ojos tristísimos
como para señalarme,
con conocimiento de causa,
que los límites entre sus
manos hinchadas, temblorosas
y mis zapatos recién lustrados,
no son nada más
ni nada menos
que un simple golpe de timón.

Sunday, June 10, 2007

Los hijos del viento o los desaparecidos del 76

Suelo pensar que eres el hijo
que acudes en busca de ese
extraño temblor imaginado
en el dolor de la distancia.


Como el aliento sobre la frente,
o las sombras exprimidas de la tarde,
o los cuentos de hadas,
o el murmullo de la llovizna
o una mata de pelo oscuro.

¿Cómo son los hijos del viento
señor de los siglos?

¿Serán como la tierra
de esa patria extinguida?

¿Serán como la luz
de los faroles blancos, o
la fuerza de la montaña?

En la vereda de ese rostro
quiero encontrar la definición,
casi perfecta,
mientras una sensación
de frío y llanto me hace tiritar
sobre la grupa
de un corcel azabache.

Sunday, June 03, 2007

La consulta

Por imperio de la estirpe,
la bautizaron con los nombre
de las dos abuelas.


Creció mecida en cuna de oro
y no sufrió el estío inclemente de enero
ni las heladas implacables
en las madrugadas de julio.

Fue una niña modelo
en aplicación y conducta.

No conoció el monopatín de madera,
pero sí, la bicicleta con cambios
que la hacía sobresalir a ojos vista
de los demás niños,
que con enojosa destreza
le regalábamos los cuernitos
de la mala suerte.

Cuando cumplió los quince
trepamos a la muralla lindera
para envidiar esa demostración
de buen gusto y elegancia parisina.

Los años fueron pasando
igual que en la vida y en los cuentos.

Un día cualquiera,
al llegar a mi consulta,
ví su nombre anotado
para el primer turno de la mañana.

Cuando entró al despacho
la reconocí al instante:
los mismo ojos verdes,
el pelo rubio trigo
y una divina figura
que me hizo suspirar
muy hondo.

Claro, ella no pudo hacer
lo mismo conmigo.
Con el bastón blanco,
tanteando los muebles
y, muy cuidadosamente,
se acercó a la silla
con la mirada perdida
en un vacío infinito.

Sunday, May 27, 2007

El último aliento

Cuando intuí
que la batalla estaba perdida
no me abrogué el derecho
de pelear hasta
el último aliento.


Escribí una carta manuscrita
para que no quedaran dudas,
guardé su fotografía
entre las hojas de un libro
y me fuí en el primer tren
de la mañana,
rumbo a los lagos del sur.

Sunday, May 20, 2007

La visita

Se dió cuenta
que esa herida era tan profunda
que no dejaba alternativas
para salvar aquel amor.

Aspiró profundamente
y entró al domitorio.

Miróse largamente
en el espejo de marco
amarfilado,
se enjugó las lágrimas,
hizo añicos la angustia
que le hendía el alma
y abrió con cuidado
el cajón del secreter.

Allí,
sobre un paño de terciopelo,
reposaba la pistola
con cachas de nácar,
heredada de su padre.

Cargó el arma
y la guardó en el bolso de pecarí.

Encendió un Dunhill,
caminó hasta el alféizar
de la ventana
y esperó el llamado
telefónico.

Cuando le avisaron
que la visita estaba llegando,
entreabrió el bolso
y lo dejó al alcance
de las manos,
mientras apagaba el cigarrillo
en cenicero de plata.

Monday, May 14, 2007

La duda

El pincel de tu mirada
describió una parábola
en los peldaños de mármol,
mientras bajabas, bella y elegante,
las escaleras del salón,
adornado con los azahares de tu boda.

Mientas viva, quedaré con la sensación
de sentir ese clavo candente
perforando la duda de saber
si te habías casado con otro,
porque olvidaste aquella primavera
tan nuestra en las calles de Jaén.

Sunday, May 06, 2007

El nudo

Cuánta razón tuviste cuando,
arrugando el pañuelo de seda
entre tus manos,
me referiste con voz tremulante
los temores sobre tu hermana.

Me dijiste que la notabas rara,
nerviosa, perdida en sus pensamientos,
absorta en medio de tantas preguntas
y sin atinar a dar respuestas.

Ella que siempre fue franca,
alegre, con castañuelas en los labios
y luz permanente en la mirada,
hoy deambula por la vida
como un fantasma sin rumbo.

Solamente pude abrazarte muy fuerte
porque un nudo me apretaba la garganta
y no podía explicarte con palabras adecuadas,
que tu hermana y yo,
nos amábamos al borde de la locura;
que el hijo concebido
en el vendaval de nuestros encuentros,
tuvo que evitarse entre los oscuros
ribetes de la cobardía,
que nos impidieron enfrentar al mundo,
donde la mochila infame del remordimiento,
terminará hundiéndonos para siempre.

Nota: Estaré ausente entre el 9 y el 14 de mayo.

Sunday, April 29, 2007

Celos (III)

La lumbre del cigarro
delataba una figura
en la penumbra como
presagio del alba.

Era el segundo pitillo
que gastaba desde la
medianoche, mientras
la tensa espera,
olía a tabaco y revancha.

Horas atrás, en el velorio
del tuerto Gutiérrez,
le birlaron la dama.

Cuando intentó dar los pésames
a la pulposa hija del finado,
su imaginaria pretendida,
el encargado del guinche,
le ganó de mano.

Más veterano en esas lides,
el guinchero de labia entradora,
acaparó la atención de la
desconsolada niña,
casi toda la noche.

Por esa razón
y unas cuantas más
que no valían la pena recordar,
el desdichado galán,
con los puños bien apretados,
aguardaba la salida del susodicho,
para arreglar cuentas, si posible,
por las malas y no por las buenas.

Sunday, April 22, 2007

Cuerpo y alma

Tuya y mía
son las vertientes
de la cascada que inunda
cuerpo y alma.

Las gotas cristalinas
se convierten en diamantes
cuando el sol se hace oro
en el vacilar de tu vientre.

Mientras la voluta del amor
se transforma en ilusión y conjuro,
nuestras historias quedan atrapadas
en el blanco de la arena.

Sunday, April 15, 2007

Gaviota marinera

Cuando la marea
trajo los últimos
restos del naufragio,
mi amor por aquella
extraña dama,
estaba soltando amarras
en el malecón de los
recuerdos.

Todas las noches
la sueño entre el tendal
de aquellas dalias en flor
o bebiendo
juntos una taza
de café humeante y
casi hirviendo.

Ella vive en cualquier
rincón de mis silencios
y en la intensidad de los
amaneceres salpicados
con el vaivén de las
estrellas.

A pesar de todo,
no la puedo encontrar,
porque una gaviota marinera
la escondió en las rocas
quemadas por el sol
de la tarde.

Sunday, April 08, 2007

La estadística

Aprendió a sobrevivir
entre chapas herrumbradas,
barro mezclado con orín
y el hambre prendido
a sus talones.

Creció, a pesar
de los pronósticos
y estadísticas desalentadoras.
Conoció los códigos
de la violencia
porque vivir en paz
era una utopía
enganchada al dolor
de sus riñones,
golpeados por los
palazos de un padre
borracho.

No sabe del olor
a sábanas limpias
ni la sonrisa de una madre
cargada de hijos
y amargada por
los surcos del destino.

Camina, lentamente,
todas las tardes
por la calle de mi casa
arrastrando un carro
maltrecho con la cosecha
del día, en las bolsas de
basura.

Muchos le tienen miedo,
otros lo miran con desconfianza
y, algunos, con la indiferencia
castiza del que tiene todo.

Sunday, April 01, 2007

El patrón de la esquina

Lo llamaban
el patrón de la esquina,
porque no hubo machito
que le birlara el puesto.

Andaba pisando la docena
y media de años,
buen físico,
pardito pero pintón,
mirada algo torva y
con la columna del alumbrado
como territorio a partir de que
el sol se perdía entre
las casas bajas.

Durante dos veranos
fue el príncipe del empedrado
y el ganador absoluto de cualquier
entrevero que le pusieran a mano.

Un día lo reclutaron para la
tropa de frontera y,
varios meses despúes,
el vendedor de helados
nos contó que lo habían
matado en una revuelta
cuartelera.

Sunday, March 25, 2007

Las hadas

( a Antonia, Candela y Maira)

Tres hadas convergieron
en el triángulo de la esquina
donde, tropezando con los
escombros, avanzaba el
hombre golpeado por las
sombras de la noche.

Y le encomendaron
la tarea de reescribir
su historia con el tintineo
de las estrellas y la pluma
que el ruiseñor abandonó
en las paredes despintadas.

Pasmado ante la luz
que despedían las flamígeras
doncellas,
no supo qué responder.

Entendió, simplemente,
en la niebla que galopaba
por su alma perdida,
era aquella,
la última oportunidad.

Sunday, March 18, 2007

El vals de los novios

Cuando lo vi levantarse
para danzar con su
nieta-novia,
el vals de los novios,
la radiografía de su vida
hizo doble clic en los cuentos
escuchados en rueda de familia.

Abandonó su casa,
cuando su hija aún gateaba.
Nadie supo las razones
ni alma prudente que las
preguntara.

Se perdió en la memoria
de todos pero, un día,
años después, esa hija ya adulta
lo ubicó en otro nido y como
las vueltas del destino
dan sorpresas infinitas,
no le pidió razones y le
ofreció desandar el camino.

Y ahí está rumbo a enlazar el
talle de esta novia y si la media luz
no me engaña, alguna lágrima perdida
se ha quedado sobre el mantel de hilo.

Monday, March 12, 2007

Historias comunes (V)

Quebrada el alma
por las infamias que
el infortunio le había regalado,
abrió las puertas del silencio y,
acercándose a los límites
de la locura,
reparte facturas
verdaderas o inventadas.

Lo llaman el loquito
de los reproches y cuando
algún transeúnte se acerca
desapercibido, una retahila
en jeringoza le persigue
unos cuantos metros.

Guarda, sí,
una compostura especial
de galán estrafalario
frente a las damas,
jóvenes o viejas,
que osan caminar
por esa cuadra.
Se saca la gorra pringosa
y en reverencia casi
chaplinesca, las deja pasar
con una sonrisa ámplia y
desdentada.

Sunday, March 04, 2007

La partición

La voz grave del notario
de fe pública
y de primera clase,
sonó pausada,
al leer los términos
del acuerdo de partes.

Las propiedades de la
hacienda ubicada
en la carretera norte
seguía en poder de
Joaquín, ya que,
los bienes propios
no eran tema de
discusión.

El mismo criterio
se aplicó con la fábrica
de herrajes, recibida
por Patricia en el legado
de su padre,
siendo soltera.

La partición del resto
se hizo conforme a derecho
y cada uno estampó su firma
ante la atenta mirada
del escribano, quien,
prolijamente, dió fe de todo
los actuado.

Cuando el actuario
estaba cerrando el acto,
preguntó de improviso,
con voz casi neutra:
-¿ Y con los niños qué hacemos?-

Sunday, February 25, 2007

Cuentas pendientes

Volvió para saldar cuentas
pendientes de un pasado
que no podía olvidar.

La ciudad había cambiado
después de casi treinta
años y le costaba
ubicarse en su antiguo
barrio cerca del río.

Con paciencia encontró
la calle donde pasaba
el tranvía y el puesto de gasolina
en la esquina de la casa paterna,
ahora convertida en un cabaret
de cuarta categoría.

Siguió dos cuadras al sur
y al final de la última esquina
con un asfalto carcomido por
los baches, divisó el terraplen
de la vieja estación de trenes,
donde una noche de farras
mataron a su padre.

Sabía por comentarios que el
asesino, cumplida la condena
había regresado al pueblo
dos meses atrás.
Fue una cuestión entre hombres, le
contaron los abuelos, pero su madre
nunca quiso abrir la boca.

El requinto soltaba una galopa
y el aire caliente de la siesta
mezclaba sudor y polvo.
En la puerta de los Anselmi
lo recibió uno de sus hijos.
-Vengo a buscar a tu padre, le dijo.
- ¿ Para ?
- Cuestión de hombres, nomás-

Sunday, February 18, 2007

Oaxaca de Juárez

Ciudad fantástica
de pilares cósmicos;
calles empedradas
de realismo mágico;
esquinas que nos cuentan
historias de amores
y rasgueos de guitarras
afinadas.

Zócalos que asombran
con el aroma de
rosas multicolores;
templos adornados
con el sudor del indígena
y el blasón de los señores.

En las arcadas de tus conventos
dejé un rastro largo
para que,
en el retorno de mis días,
vuelva a encontrarte
cimbreando la cintura.

Wednesday, January 17, 2007

Ausente con aviso

Esta casa permanecerá cerrada por vacaciones desde el 18 de enero hasta el 9 de febrero, inclusive. Prometo volver.

Abrazos.

Monday, January 08, 2007

Pesadilla

El velero de mis sueños
escoraba a 45 grados,
cuando desperté asustado
por el temporal de sotavento
que me hundía
en medio de la borrasca.

Me senté en la cama
y busqué el vaso con agua
que había dejado
en la mesa de luz.

Transpirado,
con la respiración agitada
por el susto de la pesadilla,
bebí un largo trago
y cuando volví a acostarme
me dí cuenta
lo sólo que estaba.

Encendí el velador,
me levanté y salí
al balcón del dormitorio.
Una bocanada de aire fresco
terminó de despertarme.

Entonces, la película
volvió a proyectarse
sobre la noche sin estrellas
y pude ver, por enésima vez,
el mirar de aquellos ojos
que se fueron de mi vida
una tarde primavera.

Monday, January 01, 2007

Historias comunes (IV)

La guitarra fue el arma
de seducción que lo acompañó
toda su vida.

Participó en cuanta serenata
propia y ajena así lo exigía
y en noches perfumadas
percibió que lo miraban
como el hacedor de romances.

Nadie como él,
ni mejor que él.

Cuando lo convocaron
a la milicia, partió con el
instrumento en banderola
y se ganó varios francos
rasgueando boleros
interminables.

Lo volví a ver
en los primeros años de facultad y
aunque no compartimos
una amistad muy profunda,
nos saludábamos con cierto
afecto.

Cuando empezó la conspiración
para tomar el rectorado
yo me pasé redactando
discursos y panfletos.
El, mientras tanto,
guitarra en mano,
enamoraba sin vergüenzas
a todas las damitas
revolucionarias.

El tiempo nos sacó la revolución
de la sesera,
dejé la carrera muy cerca del final
y la guitarra se perdió entre
el asfalto y la vida.

Nos volvimos a encontrar
treinta años después.
No lo reconocí al principio
porque no pude asociar
un manco con aquel
talentoso guitarrista.
El sí se dió cuenta al instante
de quién estaba enfrente
y lo miraba con curiosidad .

Bajó la vista, se miró el muñón
y con una sonrisa triste me dijo:
-¿ Sabés? Tuve que vender la guitarra -