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Sunday, August 31, 2008

ME VOY DE VACACIONES

Estaré de vuelta el 25 de septiembre. Les extrañaré. Muchos abrazos.

Sunday, August 24, 2008

Ceguera

Verguenza
debiera darte
ser tan hermosa;
voy camino
a la ceguera
admirando
tu contorno.

Sunday, August 17, 2008

Delirios

Sembrados estaban
los canteros
de asucenas perfumadas,
cuando las notas
de una guitarra
rasgaron la brisa
de la tarde.

En la esquina
del estanque
una flor de camalote
flotaba entre los
peces de colores.

Desde el balcón
del alcázar
dónde anidan
las palomas,
caía una fina
lluvia
de plumas muy grises.

No quise
seguir soñanado y me
dejé llevar,
mansamente,
por el soliloquio
de mis delirios.

Sunday, August 10, 2008

Día de clase

En el cuadrante
de la vida
recordé,
de pronto,
aquel amor
que la urdimbre
de nuestras manos,
tejió una historia
inolvidable.

Hoy, en el primer
día clase
pasé la lista de presencias
y leí (un terrible tembladeral
me recorrió la médula)
tu nombre y apellido.
Los pronuncié con el
temor monumental
que los años se hubieran
detenido en los pétalos
de tu rostro y, cuando me
respondieron: presente,
levanté la mirada;
ella tenía tus mismos
ojos color esperanza.

Sunday, August 03, 2008

La ruleta

En el solar
de la vieja abadía
junto al muro de piedra
que separa el cementerio
del templo,
la ví por última vez.

Apoyó la bicicleta
en el brocal del aljibe
y avanzó con ese andar
felino
que me hizo imaginarla
desnuda, acunada en mis brazos
en aquel hotel de playa.

- No tengo mucho tiempo -
me dijo .
- El tren parte en dos horas
y me falta empacar
casi toda la ropa -

Se terminaba el estío
y la tarde anidaba
en un torbellino
de polvo cerro abajo.

Me tomó la cara
con sus manos de seda
y, yo, me así de sus brazos
como el postrer recurso
antes del naufragio.

El beso fue largo y profundo
como estocada florentina.

- Adios - murmuró, quédamente.
- Lo nuestro, recuerda, fue un amor de verano
y no puedo dejar a mi marido: tú lo sabes
de sobra - agregó

Caían las primeras sombras
en ese atardecer de lágrimas
perversas. Consentí que se fuera porque,
maldita sea,
había que tener mucho valor
pedirle que se quedara
y no quise jugar
con la ruleta del destino.