Hoy se corrió el telón
tras una larga jornada.
El bufón del rey
habia muerto luego de
su último acto, tras
las bambalinas
verde oscuras.
Vivió siempre
en aquel teatro
largo y húmedo,
donde hizo reir
a serios monarcas
de rojos esplendores.
Nadio acudió a saludar
su cuerpo frio,
en tanto la llovizna
pegajosa del otoño,
mojaba ténuemente
el caer de la tarde.
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Saturday, October 29, 2005
Tuesday, October 25, 2005
Las cosas
Me preguntaron
el por qué de las cosas.
Lo tomé con paciencia,
descompuse las palabras y
guardé un pofundo silencio.
Lo busqué en los libros
antiguos y polvorientos
que guardaba junto
al baúl de mis disfraces.
Cuando descubrí la respuesta
comprendí que las cosas
ahí estaban pero el por qué
se había marchado.
el por qué de las cosas.
Lo tomé con paciencia,
descompuse las palabras y
guardé un pofundo silencio.
Lo busqué en los libros
antiguos y polvorientos
que guardaba junto
al baúl de mis disfraces.
Cuando descubrí la respuesta
comprendí que las cosas
ahí estaban pero el por qué
se había marchado.
Saturday, October 22, 2005
La caza
Las ráfagas del huracán
hendieron el manto
de nubes que cubría
el pico de la montaña.
A mucha distancia
entre las ruinas de
aquella vieja casa
dos cuerpos semi
escondidos entre
los escombros
aguardaban temblorosos
la tormenta amenazante.
El ulular del viento
no impidió escuchar
el llando
del recién nacido.
Escapando de la hacienda
encontraron la
noche y los dolores del
parto impidieron la
continuación del escape.
No muy lejos, la peonada
con sus perros, salieron
en la búsqueda de los
fugitivos.
Nada había cambiado
en el correr de los siglos:
la libertad estaba negada
en las tierras del señor
de la comarca.
El latigazo de la lluvia
hizo más tenebrosa
la oscuridad y el
gemido del niño,
dió la pista a los
mastines.
hendieron el manto
de nubes que cubría
el pico de la montaña.
A mucha distancia
entre las ruinas de
aquella vieja casa
dos cuerpos semi
escondidos entre
los escombros
aguardaban temblorosos
la tormenta amenazante.
El ulular del viento
no impidió escuchar
el llando
del recién nacido.
Escapando de la hacienda
encontraron la
noche y los dolores del
parto impidieron la
continuación del escape.
No muy lejos, la peonada
con sus perros, salieron
en la búsqueda de los
fugitivos.
Nada había cambiado
en el correr de los siglos:
la libertad estaba negada
en las tierras del señor
de la comarca.
El latigazo de la lluvia
hizo más tenebrosa
la oscuridad y el
gemido del niño,
dió la pista a los
mastines.
Wednesday, October 19, 2005
El zarcillo
Quizo la suerte
que en la borrasca
de su dolor,
no cayera fulminado
junto a las acacias
barranca abajo.
La niebla de la
mañana,
iba disipándose
y las primeras luces
lo encontraron
sucio y angustiado.
En un puño agarrotado,
clavado en la palma,
llevaba un
zarcillo de oro y plata.
Más allá de las colinas,
en un ámplio palacio con
salones y múltiples espejos,
vagaba una princesa,
con la mirada marchita,
el andar errático y
una sombra de locura
cruzándole el rostro,
tratando de encontrar
el zarcillo perdido.
que en la borrasca
de su dolor,
no cayera fulminado
junto a las acacias
barranca abajo.
La niebla de la
mañana,
iba disipándose
y las primeras luces
lo encontraron
sucio y angustiado.
En un puño agarrotado,
clavado en la palma,
llevaba un
zarcillo de oro y plata.
Más allá de las colinas,
en un ámplio palacio con
salones y múltiples espejos,
vagaba una princesa,
con la mirada marchita,
el andar errático y
una sombra de locura
cruzándole el rostro,
tratando de encontrar
el zarcillo perdido.
Sunday, October 16, 2005
Estampas (VI)
Cuando los gritos
de mis pesadillas
iluminan esa esquina,
la calle Garibaldi
explota como mil petardos.
Y comienzan a despertar
los vestigios
de aquella niñez olvidada.
¿Te acuerdas hermano:
el almacén de Don Agapito,
el surtidor de Gorostiaga,
del Nene y el Pistola,
el sastre Ortíz,
el arroyo Jaén,
Tutucho y Manucho,
el cine Roma,
los quilombos de Hernandarias,
la pelota de trapo,
Kikí y Viyú,
Fausto y Amilcar,
el mariscal del aire,
los bollos prohibidos...?
Todo se ha perdido
en los vientos del pasado.
La casa ya no está
y nosotros no somos
los mismos.
de mis pesadillas
iluminan esa esquina,
la calle Garibaldi
explota como mil petardos.
Y comienzan a despertar
los vestigios
de aquella niñez olvidada.
¿Te acuerdas hermano:
el almacén de Don Agapito,
el surtidor de Gorostiaga,
del Nene y el Pistola,
el sastre Ortíz,
el arroyo Jaén,
Tutucho y Manucho,
el cine Roma,
los quilombos de Hernandarias,
la pelota de trapo,
Kikí y Viyú,
Fausto y Amilcar,
el mariscal del aire,
los bollos prohibidos...?
Todo se ha perdido
en los vientos del pasado.
La casa ya no está
y nosotros no somos
los mismos.
Friday, October 14, 2005
Paloma mensajera
La ruta de la paloma
era para ella
un tramo imperdible
en las tardes de verano.
Cuando enero
maduraba cerca
de febrero,
llegábamos en
tropel a la casa
de mis abuelos,
muy cerca de
las arenas húmedas
del rio.
Allí estaba ella
salpicada
por el sol,
la luna,
las estrellas,
el canto de
los pájaros
y el volar
de las palomas.
Juntos emprendíamos
la búsqueda del tesoro
creyendo que esas palomas
eran mensajeras
volando hacia
islas invisibles.
Crecimos,
dejamos la inocencia
y cuando quisimos
despertar,
nos perdimos entre
el humo de los
veranos infantiles.
era para ella
un tramo imperdible
en las tardes de verano.
Cuando enero
maduraba cerca
de febrero,
llegábamos en
tropel a la casa
de mis abuelos,
muy cerca de
las arenas húmedas
del rio.
Allí estaba ella
salpicada
por el sol,
la luna,
las estrellas,
el canto de
los pájaros
y el volar
de las palomas.
Juntos emprendíamos
la búsqueda del tesoro
creyendo que esas palomas
eran mensajeras
volando hacia
islas invisibles.
Crecimos,
dejamos la inocencia
y cuando quisimos
despertar,
nos perdimos entre
el humo de los
veranos infantiles.
Wednesday, October 12, 2005
La espera
La tomó, dulcemente,
entre sus
manos encallecidas
y los ojos se iluminaron
como centellas
en noches de tormenta.
Aquella hija
perdida en los piélagos
de la vida,
había regresado
y el hombre,
endurecido por el sol
y las desgracias,
sintió que el tráfago
de los años le
sonreían por vez
primera.
entre sus
manos encallecidas
y los ojos se iluminaron
como centellas
en noches de tormenta.
Aquella hija
perdida en los piélagos
de la vida,
había regresado
y el hombre,
endurecido por el sol
y las desgracias,
sintió que el tráfago
de los años le
sonreían por vez
primera.
Sunday, October 09, 2005
Sin aliento
Frente al altar
de los santos sin nombres,
oraba Francisca
por aquel niño muerto.
Su vientre plano,
sus pechos henchidos,
la mirada nublada
y la canción de cuna
muda en la boca
sin aliento,
la llevaron a rezar
ante el ara silencioso.
Allí estaba implorando
una respuesta,
mientras que al angelito
lo velaban en
el portal de las lágrimas.
de los santos sin nombres,
oraba Francisca
por aquel niño muerto.
Su vientre plano,
sus pechos henchidos,
la mirada nublada
y la canción de cuna
muda en la boca
sin aliento,
la llevaron a rezar
ante el ara silencioso.
Allí estaba implorando
una respuesta,
mientras que al angelito
lo velaban en
el portal de las lágrimas.
Friday, October 07, 2005
Secretos
Hay un susurro
que me cuenta
tus secretos,
hilvanando en la penumbra
dos lágrimas desnudas.
Salí a buscar
tu pálida sonrisa
pero no pude encontrarte.
Estabas no muy lejos,
allá, en la ladera del monte
alumbrada por la luna.
Si te preguntan,
de improviso,
si es amor lo que sientes,
dile a tus amigos
que guarden tu secreto.
que me cuenta
tus secretos,
hilvanando en la penumbra
dos lágrimas desnudas.
Salí a buscar
tu pálida sonrisa
pero no pude encontrarte.
Estabas no muy lejos,
allá, en la ladera del monte
alumbrada por la luna.
Si te preguntan,
de improviso,
si es amor lo que sientes,
dile a tus amigos
que guarden tu secreto.
Wednesday, October 05, 2005
Estampas (V)
La esperó a la
salida del baile,
con el arma
bajo el poncho
y los dientes
apretados.
Tenía las entrañas
perforadas por el
alcohol barato
y un sabor amargo
a odio puro
le salpicaba
el rostro curtido.
Quiso dar unos
pasos vacilantes
sobre la escarcha
embarrada,
pero las piernas
no le respondieron.
El percutor del
revolver le
hacía doler la
cintura y la
espina clavada
en medio del pecho
parecía una
flor herida por los
picos de un cuervo.
Un disparo cruzó
el espacio
y una mancha
roja darramose
más alla de las
piedras.
salida del baile,
con el arma
bajo el poncho
y los dientes
apretados.
Tenía las entrañas
perforadas por el
alcohol barato
y un sabor amargo
a odio puro
le salpicaba
el rostro curtido.
Quiso dar unos
pasos vacilantes
sobre la escarcha
embarrada,
pero las piernas
no le respondieron.
El percutor del
revolver le
hacía doler la
cintura y la
espina clavada
en medio del pecho
parecía una
flor herida por los
picos de un cuervo.
Un disparo cruzó
el espacio
y una mancha
roja darramose
más alla de las
piedras.
Sunday, October 02, 2005
Futuro
La gitana tomó las manos
temblorosas de aquella niña
de ojos claros.
Las líneas de la vida
le mostraron el futuro
y una sonrisa cristalina
resbaló por sus labios.
temblorosas de aquella niña
de ojos claros.
Las líneas de la vida
le mostraron el futuro
y una sonrisa cristalina
resbaló por sus labios.
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