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Thursday, November 24, 2005

Ojos azules

Azules eran sus ojos
escondidos en
negras pestañas
que, al leve parpadeo,
me impulsaban
a hundirme en ese
rostro de porcelana.
Ella había cumplido
quince años.
Yo arañaba los
catorce
y aquel sueño
parecía inalcanzable
salvo que tuviera
un bajel pirata
armado hasta los
dientes.
Veinte años despúes,
en una fiesta de año
nuevo visitando a mis
parientes,
me ubicaron en una
mesa compartida.
La reconocí de inmediato.
Tenía los mismos
ojos seductores
y un marido algo pesado
que intentaba explicarme
la teoría del yo no
se qué.

9 comments:

Francisca Westphal said...

esas teorías que nos importan poco y nada cuando volamos en miradas que noes remueven el alma... un abrazo F

Laura said...

qué poco escuchamos a quienes quienes distraernos el alma!
Un beso grande!

Lety Ricardez said...

Me gustan sus poemahistorias Don Fernando, puedo verlo sentado en aquella mesa, dejando volar, no la imaginación, sino el ensueño, pues ella ya era de otro.

இலை Bohemia இலை said...

Hay ojos y miradas...inolvidables!!!

DINOBAT said...

Las miradas pertenecen a un grupo selecto de recuerdos que solo tienen cuatro huellas inigualables...una por cada ojo que alguna vez establecio contacto con el otro...

nadie said...

a mi me pasa lo mismo con unos ojos muy pequeños que andan por ahí

Indianguman said...

Buenísimo!!
La teoría del yo no sé qué...jijiji
seguro que el marido debía ser algo pesado, no podía ser de otra forma jijiji

sensible historia, linda

raulintosh said...

Don Luis Fernando:
Buscando un momento para detener el reloj, he vuelto para retomar el ejercicio de leerlo.
Como siempre, uno cierra el navegador y se queda con el alma y el cuerpo como al despertarse de la siesta. Renovado.
Un beso, te quiero mucho.
Raúl.

Gabriela Zayas said...

¿Y usted Fernando? ¿qué le habría dicho a ella? Ya sé que es otro poema.
:-))