Followers

Monday, November 21, 2005

La cicatríz

La cicatríz le cruzaba
la mejilla izquierda
como señal inequívoca
de una pelea a cuchillo
tiempo atrás.
Solía pasear
por la plaza en las
tardecitas de verano
cuando el sol perdía
fuerzas entre los
jacarandá floridos.
Sentía una curiosidad
tremenda en preguntarle
el orígen de aquel costurón
algo pálido,
pero, cosas de la vida,
mi madre nos tenía
prohíbido hablar
con extraños.
Cuando pude sortear
los designios maternos
retorciendo las culpas
por el pecado de
preguntar lo que no
se debe,
el ruído del tren
que pasaba en ese
momento,
me impidió escuchar
la respuesta.

12 comments:

இலை Bohemia இலை said...

Jo...ohhhhhhhhhhh...que intriga...me dejaste con la curiosidad...jajaja...Bueno, toda cicatriz guarda una historia, igual para otro día te la vuelve a contar y nos la cuentas...

Denise said...

La próxima vez pregunta antes de que se vea el tren en el andén, que esta curiosidad me va a dejar insomne!!! :-)

Laura said...

Porqué no nos dejarán preguntar esas cosas cuando niños, como no mirar demasiado al que está en silla de ruedas, como no preguntar por los muertos? Si la pregunta de un niño ni ofende ni tiene malicia? Lo único que logran es alimentar un temor, un miedo, una fantasía que asusta y hace crecer con miedos.

Nidesca said...

¿Quizás la respuesta iba a decepcionarte?
Siempre he querido ver un jacarandá.

DINOBAT said...

Interesante tu blog la verdad!, está entretenido, seguiré viniendo saludos,


JD

Lety Ricardez said...

Cuantos tabues nos imponen en la casa. De eso podría hablar largo y tendido.
Pero me gusta ver las cosas desde un ángulo agradable, entonces me regocijo pensando en los misterios, es mucho más interesante lo que se imagina que lo que se sabe ¿no crée don Fer?
Besos a todos amigos

Francisca Westphal said...

espero no transmitir tabués ni falsos designios... un abrazo... F....

motoman said...

a veces es mejor no saber. no preguntar. besos

claudisima said...

Tal vez es mejor no recordar cosas que nos puedan transportar a pasados que de alguna manera nos causen daño.

Las cicatrices nos demuestran que están aqui para no vover a cometer los mismos actos de antaño.

Tal vez es mejor quedarse con la duda y la intriga que estas nos producen.

Cariños desde estas latitudes.

Tristán said...

"Has escuchado, niño, sobre la falla de San Andrés. No me preguntes. Es algo así."

Jeje, creo que yo le hubiera dicho eso.

Indianguman said...

Qué irónica es la vida, verdad, así como las cicatrices tienen historias, las historias tienen momentos para ser escuchadas...

Como siempre un gustazo leerte

Abrazos!

DINOBAT said...

Muy bueno, muy bueno, la vida tiene esas tretas para lograr el equilibrio necesario, a veces hay cosas que no debemos escuchar so pena de desbalancear el universo...