La tomó, dulcemente,
entre sus
manos encallecidas
y los ojos se iluminaron
como centellas
en noches de tormenta.
Aquella hija
perdida en los piélagos
de la vida,
había regresado
y el hombre,
endurecido por el sol
y las desgracias,
sintió que el tráfago
de los años le
sonreían por vez
primera.
6 comments:
Fernando, qué bien reflejas los sentimientos con la máxima eco´nomía expresiva. Un beso.
Pues no he podido evitar pensar en mi papá... snif snif
Tres amigos queridísimos. Los estrecho amorosamente en un abrazo. Los quiero
Perdón por no comentar el poema, pudo más el amor que les tengo que la poesía, por hoy perdonenme y sólo déjense querer
Simple y bello. Verdaderamente bellas letras.
Saludos,
Tino RO
Tu poema me trae a la memoria a muchas personas queridas. Gracias.
Besos
precioso poema.......... a pesar del tiempo de la distancia volver al cariño de quienes a pesar de cada obstaculo estan alli!
slds, Daniela
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