Cuando las colgaduras
de la efímera pasión
terminaron de apagar
tu primer amor,
sentiste la obligación
de cerrar los ojos
para que el odio
que fulguraba
en tus pupilas
no perdiera fuerzas.
El dolor impenitente
se hizo más intenso
cuando descubriste
que todo estaba perdido,
menos el hijo clavado
en tu vientre plano
y sedoso,
concebido en aquellas
noches enardecidas
entre sábanas
de raso blanco.
13 comments:
Terrible situación para una joven a la pérdida del primer amor.
La vida trastocada...
Beso en la frente Don Fernando
En esas sábanas de raso creció una rosa, de pétalos suaves y con algunas espinas.
Besos
O como decía Catulo, "Odio y amo". Un gran abrazo, Fernando.
Ay. y de nuevo, qué manera de decir tanto en tan pocos versos. La imagen del raso blanco, en jirones, que fuerte.
Abrazos!
A veces el dolor se disfraza de otras cosas...
Besos, Fgiucich, que tenga una maravillosa semana.
Tristísimo perder al primer amor...
Un besote.
Que lástima...siempre nos llegas al alma!
¡¡ufff!! y es que sabes hablar de la vida y siempre mueves algo muy adentro.
abrazos.
A mí me sonó a masoquismo. Saludos.
Su primera vez. Una fiesta. Alcohol. El chico inadecuado. 14 años. Resultado: Su primer hijo.
Tremendo.
Saludos don EFE.
la paradoja de ver todo perdido y tener a la vez todo ganado y no darnos cuenta.
buena letra. voy a venir seguido
saludos.
Un placer volver a leerte y vaya un enorme abrazo. Gracias por el apoyo.
Post a Comment