Saltó de la cama
ante los
golpes insistentes
sobre la puerta
de calle.
Los perros
ladraban inquietos
y una sombra de temor
parpadeó en sus ojos
somnolientos.
Los empujones arreciaban
y algunas luces
aparecieron en las
casas vecinas.
Trató de romper
los papeles que
poblaban el
escritorio,
mientras manoteaba
la granada guardada
en uno de los cajones.
El estrépito que produjo
la puerta al estrellarse
contra el piso,
le mostró a la
patota que
ingresaba raudamente
en la pequeña sala,
como jauría hambrienta
tras la presa.
Alcanzó a romper
la última hoja con
la lista de nombres,
desprendió
el anillo del seguro
y, como fruta podrida,
lanzó la granada
en medio de los papeles.
12 comments:
Que valor se necesita para arrojar esa granada, también para darse el tiempo necesario y romper antes la lista. Una historia de lucha clandestina, se descubre para nosotros así como el o ella fueron descubiertos.
Una historia y sucesos tan ajenos a mi vida y a mis seres queridos, que aprovecho leerla, para agradece a Dios, la paz que priva en mi entorno.
Lamentablemente tenemos nuestra historia plagada de anécdotas semejantes. Las mas de las veces no existió la granada, pero igual, siempre se repite, el dolor que causa negarse.
Abrazos
una parte de la historia muy bien reflejado...
Saludos!
La granada es cada vez más necesaria, qué le vamos a hacer.
Chéveres tus letras, un saludo.
Clap Clap Clap Clap!, excelente, la granada libera al verdugo, o es acaso que el verdugo muere por ella....un beso,
JD
guau... sorprendente... jamás pensé que sería una granada... gracias por tus palabras Fernando... dan aires de alivio...
Hola amigo! Resucito de entre los muertos y me sacudo la depresión endógena por unos minutos para venir a saludarte
A veces la vida de uno vale menos que la de una causa...
Valentía, pasión, experiencia límite
Un gran abrazo, Fer
siempre habrá a quien tirarle una granada
Muy muy bueno. Un saludo
medejas tirar una contigo, yo se donde apuntar.
Fernando, me ha conmovido tu poema, recordando tanta gente perdida, muerta, desaparecida, violada y machacada...
Un gran beso.
qué quijotesco acto!!
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